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© Lerendi Mendi. Todos los derechos reservados.

De la castidad lesbiana y las terapias de conversión

>> 1 may 2010

- Buenos días.
- ¿Lerendi Mendi?
- Sí, soy yo.
Como si no me conociera ya. Vengo todas las semanas desde hace cinco meses.
- ¿Su cita es a las 11.40?
- Sí.
Me pregunto a qué vendrán hoy estas preguntas ociosas. Las últimas veces me tenía la baja preparada y la cuestión estaba lista con un par de buenos días y hasta el jueves.
- ¿Cómo se encuentra, Lerendi?
¿Más mareo de perdiz? Hacía mucho que no me preguntaba. Pero, en fin, si hoy toca interpretar, vamos a ello.
- Fatal, ya sabe. No se me van los ahogos y hay veces en que apenas puedo respirar. Temo asfixiarme. Por la noche, tengo que dormir con siete almohadas porque me aterra que se me hundan los pulmones y no despertarme más.
- ¿Sigue con las pesadillas?
- Sí, con todas. Y van a peor. Me despierto llorando y dando gritos. Los vecinos me han denunciado porque no les dejo dormir. No tienen caridad, con lo que estoy pasando...
- Ajá. ¿Y las náuseas?
- Tremendas. Es ver comida y ponerme a vomitar. No soporto oler ningún alimento. Pero me obligo a tomar algún bocadito para seguir viva, aunque mi existencia, ya sabe usted, Dra. Nofemia, es un infierno.
- ¿Bocadito? ¿Qué tipo de bocadito?
- Pshá, zanahorias cocidas, esparraguitos a la plancha, pepinillos en vinagre...
- Qué curioso.
No me gusta el tono con que lo dice.
- ¿Curioso por qué?
- Porque su IMC ha pasado del 27 al 31%, su colesterol se ha plantado en 825 y los triglicéridos se han aupado –disculpe la elección de palabras, pero no hay tecnicismo que describa la progresión de sus niveles- a 640. Estoy pensando en presentar su caso en el próximo Congreso Orgiástico de Médicos de Atención Primaria. Pepinillos, dice... Un caso único, sí.
- Es que estoy muy enferma...
- Ya.
- Me pesan las piernas, me duelen las articulaciones, me zumban los oídos, se me nubla la vista...
- Pero puede conducir.
Se me ha helado la sangre en las venas.
- Hace meses que no conduzco.
- Claro, todos los que ha estado de baja.
- Es que no puedo conducir...
- Eso no es lo que piensa el inspector médico, Lerendi.
- ¿Quién?
- El inspector. Ya sabe, cuando alguien tiene una baja laboral de larga duración, se revisa su caso cada cierto tiempo.
No quiero pensar a dónde lleva esto. ¿Por qué no me da la baja de una puñetera vez y me deja marchar ya?
- Pero yo tengo una terrible depresión. ¡No puedo coger el taxi!
- Lerendi, no cabe duda de que usted no se encuentra del todo bien, al menos en el plano afectivosexual. Y tampoco a nivel de estética, si me permite decírselo, como responsable que soy de su salud.
En mi interior, me cagüen toda su parentela. A mí no me gusta su gramática y sin embargo me callo como una muda.
- ¿Me da la baja? Es que me estoy mareando...
- Lo siento, Leren, no puedo. Tiene que pasar por un tribunal médico. Ya han fijado la fecha.
La boca se me seca. Mi lengua raspa.
- ¿Por qué?
- Bueno, no es decisión mía. Yo le he estado dando la baja por un trastorno ansioso-depresivo, pero el inspector no se muestra muy empático.
- ¿Y eso?
- Para empezar, ha habido una denuncia. Alguien la vio en el Burri King hace unos días y según consta en su escrito “Esa tía comía como una mala bestia. Y además podía correr”. Esa denuncia es lo que ha llamado la atención del inspector sobre su caso.
- Me pregunto quién ha podido...
- No puedo darle ese dato. La persona que la ha denunciado ha solicitado permanecer anónima.
- Qué cobarde, qué mezquino, qué falsario, qué...
- No gaste saliva, Lerendi: yo no juzgo. Vamos a lo que hay. El inspector que supervisa su baja tiene acceso absoluto a su historial médico, donde consta todo sobre usted. Insisto, todo. Y resulta que el Dr. Maligni pertenece al Foro de Hijos de Adán y Eva, cuya visión de la familia, como sabrá, es algo tradicional.
- ¿Algo? Haztepís son fanáticos de izquierda a su lado. ¿Y mi baja está en manos de ese?
- Así es.
- Dios santo, ¿qué puedo hacer? ¿Cómo me preparo para pasar esa revisión?
- No sé si debería decirle esto, pero hay información en internet para burlar a un tribunal médico. No es que su caso no esté fundamentado, entiéndame.
- Ya, ya. Usted siempre ha sido una doctora muy rigurosa y toda una profesional.
Sin querer, se me van los ojos a su escote. No sé si se da cuenta del efecto que su bata abierta provoca en sus pacientes. Debe de ser su particular termómetro. A mí ya me ha notado la fiebre, seguro, pero no me pone en evidencia. Solo mantiene una suave sonrisa, que interrumpe para soltar unas palabras terribles.
- El Dr. Maligni no se cree que su depresión se deba a una castidad de larga duración.
- ¿Que no?
- Para nada. Cuando intentaba defender su caso, me interrumpió con una risa sarcástica, diciéndome “¿Una lesbiana casta? Dra. Nofemia, no me haga reír. Esa gentuza solo piensa en fornicar. No hay homosexual que no sea promiscuo. Son unos hijos de Satanás, de Sodoma y de Gomorra”.
- ¿Tres padres?
- Creo que era metafórico. Por cierto, no usó la palabra ‘lesbiana’, pero no quiero herir su dignidad.
- Vaya, tampoco usaría ‘fornicar’.
- No, esa sí que la usó. Y le noté una leve erección al decirla. Lerendi, por dios, le comento esto porque es usted una paciente de confianza y sé que no hablará de esta cuestión con nadie.
- Con nadie, ni una palabrita.
De nuevo, me alucina su inocencia. Menos mal que nunca le he dicho que escribo un blog como terapia.
- La revisión es este jueves a las 13.15, aquí, en la consulta 12 de la primera planta.
- ¿Cómo he de prepararme? ¿Traigo los análisis, las radiografías, mi diario de pesadillas...?
- Venga con las bragas limpias.
- ¿¿Perdón??
- El inspector ha dicho que si usted está deprimida por la castidad, que eso lo arregla él con un par de polvos de campeonato. Estoy citando sus palabras, perdóneme, pero quiero que sea usted consciente de su situación. Se lo ha tomado como una misión personal. Cree que si usted prueba un buen macho se le quitará toda la tontería y se hará una tía en condiciones, una ferviente prosélita. Ha citado a todos sus estudiantes de la facultad para que asistan a su conversión y ha programado la grabación del acto terapéutico para los alumnos online. No sé si los profilácticos los pone él, por cierto.
- Doctora.
- ¿Sí?
Con apenas un hilillo de voz y el alma en los pies, claudico.
- Doctora Nofemia, deme el alta. Ahora.
Me tiende el alta, que ya tenía preparada. Se levanta y se me acerca. Me planta un beso en la mejilla y me acompaña a la puerta, sin decir una palabra. Su mirada está cargada de compasión.
Con una última ojeada a su escote, devastada, salgo de allí.

He corrido a casa. He lanzado mi ropa de trabajo a una bolsa de basura y la he llevado a la tintorería. No puedo soportar la idea de lavarla y plancharla yo misma.
Chari, la tintorera, me recibe con una sonrisa.
- Hola, Leren, cuánto tiempo. ¿Qué me traes?
- Los avíos para el curro.
- ¿Ya estás de alta? Qué bien, chica.
- Me cago en tu puta madre.
Le arranco la ropa de las manos, escupo en el escaparate y me marcho de allí. Me dirijo al contenedor de aceites usados y me aseguro de hundir la bolsa hasta el fondo. Algo más serena, encamino mis penosos pasos hacia el Burri King. Si ya me han hecho el outing, no tengo nada más que perder. Con un menú que asciende a 26,50 euros, me siento en una apartada mesa. Ea, a celebrar. Va por ti, mi comprensiva y escotada Dra. Nofemia.
Mañana será otro día. Laborable.

8 comentarios:

Anca Balaj mayo 01, 2010  

Puaj!!!! Qué ascooooo! El inspector me ha puesto enfermaaaaa!!! Pero no quiero la baja no vaya a ser que se ofrezca a... brrrr... no puedo ni pensar en ello el tiempo suficiente como para escribirlo. Argh, estos machotes... argh! puaj! pfiu-pfiu!

Besitos

Leren mayo 01, 2010  

aminúscula, ni se te ocurra ponerte enferma! Ya tuviste tu cuota de horror con la ginecóloga cabreada. Solo te faltaba un machote hijo de Adán...
Besos,
Leren

Anónimo,  mayo 02, 2010  

¡Hasta ti han llegado los terriblestentáculos de las financieras responsables de esta crisis! Necesitan seguir alimentándose de sangre fresca poniendo a trabajar a quien está de baja o reduciendo plantilla. No tienen escrúpulos para azuzar a sus esbirros inspectores-guardianes-sádicos-machistas contra criaturas inocentes como tú, Lerendi.

Amarilis

Leren mayo 02, 2010  

¡Exacto 1!: no tienen escrúpulos.
¡Exacto 2!: soy una criatura inocente.
Gracias, Amarilis, por tu voz y consonancia.
Queda tuya,
Leren

Anónimo,  mayo 02, 2010  

Si es que no terminas de salir de una y te metes en otra, Leren lo tuyo va para puntuar y con nota alta.
Bueno, por lo menos te libraste, por esta vez, jajajaja
Un beso, para ponerte en forma.
Eva.

Leren mayo 02, 2010  

¿Por esta vez? Eva, no me inquietes más.
Oye, ese beso ha sido terapéutico. Como que me están dando ganas de pillar el taxi, a ver si cae alguna...
Besos,
Leren, la pupa.

Anónimo,  mayo 03, 2010  

Lerendi, que digo yo que la Nofemia estaba en complot con el gilipollas que quiere demostrar lo machote que es, y es la chivata del Burri... (despierta niña)
Besos

Leren mayo 03, 2010  

Jajajaja, Anónima, no me metas más miedo, que para asustarme me las pinto sola. ¿Nofemia es la chivata, seguro? No sé, no me la imagino espiándome como yo espío su escote...
Besos acojonados,
L

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