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Imán esplendoroso

>> 13 mar 2010

Viernes, día de Venus, la diosa del amor. Quizás por eso me encontré ayer este comentario de Anonimotriz al pie de una de mis entradas. No me resisto a reproducirlo:

  • Bueno, Casta, por fin se van las lluvias y ya está aquí la primavera, disponte a disfrutar el fin de las catacumbas y déjate acariciar, serás un imán esplendoroso.
Al leerlo, lo reconozco, me alegré inmensamente.  Fue como si unas manos suaves me liberaran de la casta opresión que todo lo cubre en mi vida. Duró quizás unos segundos, pero creí que por algún milagro estacional podría de nuevo ser follada acariciada por alguna hermosa mujer. Pasado el chute primero, aún permaneció la increíble sensación cálida, luminosa, positiva... Ingenua.

Son ahora las dos y media del sábado. En casa me esperan dos rodajas de merluza descongeladas, pero no me puedo marchar del bar Curro porque esta mujer desconocida -que ya claramente ha pasado de los ochenta- me tiene sentada sin posibilidad de huida, mi mano atenazada entre las verrugas de las suyas, su aliento aguardentoso susurrándome al oído una y otra vez "yo a ti te adoraría, maja", mientras me pregunto aterrorizada de dónde ha salido y en qué mal momento de empática debilidad la dejé compartir mi mesa cuando vine a desayunar a la diez de la mañana. (También me pregunto cómo perdió el ojo izquierdo, pero eso no viene al caso).

Por la caridad entra la peste, decía mi santa madre. Y apestada estoy, porque Lolo, el camarero, hace caso omiso de mis gestos de angustia. No se acerca a menos de tres metros de mi mesa-prisión. ¡No se la lleva! Solo sonríe de medio lado y de vez en cuando me guiña un ojo.

Los minutos de esta horripilante ceremonia de seducción se suceden lentísimos. El terror me tiene paralizada. Yo, casta, estoy atrapada sin redención por una vieja lesbiana borracha más desesperada que yo. Lo creía imposible.

Por caridad, que alguien llame a la policía. Qué digo: ¡a los bomberos, a protección civil! ¡Que me rescaten! ¡Quiero volver a las catacumbas! ¡No quiero imantar más! Tengo mucho miedo...

4 comentarios:

Anónimo,  marzo 22, 2010  

Bueno lo que tendrás que hacer será adiestrar a tu imán para hacerlo selectivo, esto es activarlo o desactivarlo a voluntad, según el paisanaje.

Hanna

Leren marzo 22, 2010  

¿¿¿Mi imán??? Supongo que lo que atrajo a la octogenaria fue el imán de mi obvio deseo insatisfecho. Pena que no atraiga a pibas molonas, que es por lo que yo suspiro...
Hanna, bonito nombre :)

Anónimo,  marzo 29, 2010  

Pues ya sabes, satisface tu deseo, e igual el "imán"se convierte en fuente de atracción, de eso por lo que suspiras, jajajaja.Mira que sino te has dado cuenta y tienes a una cerquita.
Toc, toc, y un hola

Leren marzo 29, 2010  

Lo del ligar es como pedir un crédito a un banco: solo lo consigues cuando no lo necesitas. Satisfacer mi deseo se está probando extremadamente difícil...
Y sí, hay alguna cerquita: ¡la octogenaria! Quizás cuando lleve 10 años sin, seré menos remilgada, ¿no?
Hasta prontito :)

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